28/4/10

El caso es que una vez que empiezas a esperar, si lo estás haciendo bien, llega un momento en el que dejas de saber a qué estás esperando. (...) Es raro cuando esperas. No hay nada más peligroso que una persona que espera. Te puedes volver adicta a ese estado de incertidumbre y cogerle miedo a lo concreto.

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